Capítulo 297

James se adentró en Emily, arrancándole un gemido que no pudo contener.

Perdido en su deseo, los ojos de James estaban salvajes. Sintiendo la estrechez que lo rodeaba, comenzó a embestir aún más fuerte.

Sus besos fervientes recorrieron sus labios hasta la clavícula, y bajaron hasta su pecho lleno...

Inicia sesión y continúa leyendo