Capítulo 239

Era la misma cueva de ayer, todavía oscura y húmeda.

Max se estremeció al entrar, el aire frío lo golpeó de inmediato.

—¿De verdad se quedaron en un lugar como este ayer?— alguien preguntó, incapaz de ocultar su incredulidad.

—¿Qué esperabas? ¿Una cama cómoda y un banquete para los prisioneros?— ...

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