Capítulo 128

—Gracias, amor— susurré, mi voz cargada de emoción. —Gracias. Este es el mejor regalo.— La besé entonces, un beso tierno y reverente que hablaba de promesas cumplidas, de sueños realizados, de un amor que crecía constantemente, expandiéndose para abrazar esta nueva y milagrosa vida.

Nos quedamos ahí...

Inicia sesión y continúa leyendo