Capítulo 24

—Ava— escuché su voz y sentí su toque. Abrí los ojos, y un suspiro silencioso se escapó de mí. Él estaba aquí, sentado a mi lado, sosteniéndome. Su rostro ya no era duro e inmóvil. Parecía cansado, sus ojos oscuros ensombrecidos con lo que parecía sorprendentemente preocupación real. Su chaqueta de ...

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