CAPÍTULO 154

La voz que salió del sistema de intercomunicación de la instalación no era la del coronel Kozlov esta vez. Era más vieja, más refinada y dolorosamente familiar a pesar de los años que habían pasado desde la última vez que la escuché.

—Hola, nieta.

Sentí que la sangre se me iba del rostro al recono...

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