Capítulo 116: No tiene límites, no tiene conciencia

El tic-tac del reloj resonaba en mis oídos, haciéndose más fuerte con cada minuto que pasaba. Anhelaba dormir, pero el descanso era imposible. La ansiedad me devoraba, todo por la repentina y urgente partida de Jacob—sin una sola palabra de explicación. Mi mente giraba, imaginando más escenarios neg...

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