145, Confesión

—Sí —dijo Kendra, sus ojos recorriendo la habitación como si estuviera buscando una salida.

—¿Por qué? —preguntó él.

—Yo... yo estaba enojada. Ella había sido secuestrada y todos estaban preocupados por ella. Era lo único de lo que la manada hablaba y Ulf corría allí para ayudarla. A nadie le impo...

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