45 años, Ramos

Beridan nos esperaba frente a una pequeña casa. El jardín era tan verde como los otros en el pueblo del aquelarre. Él y Shadow se besaron y luego se miraron con ojos enamorados. Me quedé atrás, dejándolos tener su momento.

—Entren—dijo Beridan cuando salieron de su estado amoroso. Sonreí y los segu...

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