66, El extraño

—Solo los ignoraremos, la puerta está cerrada—le dije a Tite. Ni siquiera miré la puerta. Estaba demasiado ocupado mirándola a ella. Se veía increíble. Si me hubieras dicho, hace solo unas horas, que había sido secuestrada, drogada y sacada de un culto hippie, habría dicho que estabas loco. Su cabel...

Inicia sesión y continúa leyendo