Epílogo

Angela

La luz de la mañana se derramaba a través de las ventanas de piso a techo de la finca Vasilios como una promesa. Debajo de mí, Atenas se agitaba, ajena a la revolución que se había desarrollado en sus sombras.

Estaba sola en el balcón, la brisa tironeando el extremo de mi larga trenza rubi...

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