Capítulo 124

La noche se sentía más pesada de lo habitual, como si la ciudad misma estuviera conteniendo la respiración. Cada sombra parecía más nítida, cada callejón una trampa potencial. Y yo sabía—no solo estábamos entrando en territorio de Ivanov. Estábamos caminando en una maldita telaraña, cada hilo cuidad...

Inicia sesión y continúa leyendo