El castigo

—Llévensela —ladró mi padre, sin permitir que el Alfa George dijera una palabra más.

Uno de los guardias me agarró bruscamente del brazo y me empujó hacia adelante, haciéndome tropezar antes de que pudiera recuperar el equilibrio. Me arrastró rápidamente. Tuve que trotar para mantener el ritmo.

Un...

Inicia sesión y continúa leyendo