Mátate

—Tengo una prueba para ti —dijo el Alfa.

—¿Una prueba?

Tragué saliva con dificultad. ¿Qué prueba? Esto no podía ser real. Mis ojos permanecieron abiertos de par en par mientras miraba el suelo excavado que se hundía varios centímetros, rodeado de nada más que tierra y polvo. Cuando miré hacia el A...

Inicia sesión y continúa leyendo