Capítulo 39. DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES (parte 1)

Me quejé cuando Rámses insistió por tercera vez que era hora de levantarme. No sé cómo hacía para haberse mantenido despierto hasta tan tarde y despertarse tan fresco en la mañana, mientras yo seguía tan cansada y... adolorida, gratamente adolorida.

Rámses cumplió su promesa y me subió cargada hasta...

Inicia sesión y continúa leyendo