Capítulo 394 Drogado

—No me culpes. Soy así por tu culpa.

Los ojos de Henry estaban inyectados en sangre mientras se acercaba, como un animal salvaje a punto de perder el control.

—Amelia, te lo pregunto una vez más, ¿realmente eres tan despiadada? —Su voz era ronca, cada palabra parecía salir a duras penas de su garg...

Inicia sesión y continúa leyendo