Capítulo 247 Señor, por favor

Cathy estaba tumbada en el sofá, con lágrimas corriendo por su rostro. —Si no fuera por tu abuelo sin corazón manteniéndola alejada, Brenda y yo no estaríamos separadas así.

Aurelia se sentó a su lado, tratando de calmarla. —No te preocupes, esta vez traeremos las cenizas de mi madre. No estará sol...

Inicia sesión y continúa leyendo