Capítulo 555 No juegues con fuego

Aurelia ya estaba lo suficientemente cerca de él, su mano deslizándose hacia sus abdominales, sintiendo las ligeras protuberancias como piedras de río suaves bajo su palma.

Suspiró para sí misma—había pensado que estos meses de dificultades habrían suavizado sus músculos, pero aún estaban allí, fir...

Inicia sesión y continúa leyendo