Capítulo cuarenta y cinco

Capítulo quince, parte dos

—Tienes razón —dije—. No me estoy riendo de ti, en realidad. Me estoy riendo contigo.

—Pero yo no me estoy riendo.

—Bueno, si estuvieras en mi lugar, tal vez lo harías. Claro, te ayudaré, Jay. Investigaré la situación por ti y te informaré. ¿Te parece bien?

La expresió...

Inicia sesión y continúa leyendo