Capítulo 13 13. Lo que queda después del fuego.

Mi mano, sin pensarlo, dibuja con la punta de los dedos la línea que va desde su nuca hasta el inicio de su columna, ese pequeño hueco donde la piel siempre está más cálida, más vulnerable. Luca suspira, no despierta del todo, pero su cuerpo responde, como si supiera que soy yo.

Me quedo así un mome...

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