Capítulo 23 23. La gravedad de sus miradas.

No sé exactamente cuándo la habitación comenzó a encogerse, cuándo el aire se volvió más pesado ni en qué momento la distancia entre nuestros cuerpos dejó de existir para convertirse en un territorio compartido, casi sagrado, donde cada respiración tenía el peso de una caricia no pronunciada. Solo s...

Inicia sesión y continúa leyendo