Estrictamente empresarial, parte II

—¿Así que está detrás de puertas cerradas durante dos horas sin ser molestado con la rubia de ojos azules? —preguntó Rachel, llenándose la boca de papas fritas—. Sí, definitivamente están follando.

—No lo sabes.

—Chica, dos horas detrás de una puerta cerrada con ese hombre montaña. Sí, están folla...

Inicia sesión y continúa leyendo