Capítulo cuarenta: El anhelo más traicionero

Charlotte pasó el día sola en una torre aislada, demasiado asustada para siquiera mirar por la ventana lo que sucedía en la red de patios abajo. Esta torre era terriblemente alta. Solo echar un vistazo al suelo tan lejano era una experiencia terrible y mareante. Charlotte deseaba que Aya estuviera a...

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