Capítulo cincuenta y ocho: Una rata que necesita una jaula

Charlotte siempre había amado jugar a imaginar y soñar con su día de boda. Esas imaginaciones nunca habían terminado con su novio expresando su odio hacia ella, admitiendo que se estaba obligando a casarse con ella, luego siendo atacado desde arriba por un asesino, mientras las puertas de la catedra...

Inicia sesión y continúa leyendo