Capítulo cincuenta y nueve: Para acallar la confusión

Dedos delicados y suaves recorrieron la mejilla de Carnen, impregnando el familiar aroma de una crema herbal. Fue lo primero que registró cuando sus sentidos comenzaron a regresar, lo que debió ser horas después de que Aya lo apuñalara con su aguja. Ese toque que hacía cosquillas en la piel trazaba ...

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