52

En dos largas zancadas, la alcanzó, la agarró del brazo y la jaló hacia atrás con fuerza, besándola con desesperación, casi imprudente. Sus manos le ahuecaron el rostro, sujetándola mientras la besaba. Su boca se movió sobre la de ella, exigente, posesiva, ansiosa.

Pero Harper lo apartó de un empuj...

Inicia sesión y continúa leyendo