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Se ahogó en un sollozo y se desplomó hacia adelante, con los puños tan apretados que los nudillos se le pusieron blancos. Las lágrimas caían libremente, cayendo al suelo en silencio.

Su cuerpo estaba rígido, tembloroso, apenas podía moverse. Parecía un hombre completamente destrozado.

Después de l...

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