60

La otra mano de Liam se posó en su cintura, sujetándola mientras se agachaba, dejando un rastro de besos a lo largo de su clavícula. Su aliento era cálido, irregular, rozando su piel mientras flotaba justo encima de ella.

Aún sin darle lo que ella quería, arrastró su longitud lentamente contra su r...

Inicia sesión y continúa leyendo