Capítulo 23

Mi boca sabe como si un ejército de hormigas hubiera tomado refugio y hay un sabor vil en el fondo de mi garganta. Mis párpados se sienten pesados, sé que he sido sedada, recuerdo la aguja entrando en mi vena. Y ahora quiero algunas respuestas.

—Bueno, estoy esperando, ¿Nico? ¿Por qué me sedaste, c...

Inicia sesión y continúa leyendo