Capítulo 44

Su aliento es cálido, puedo oler su fragancia, un toque de almizcle y floral que golpea todos mis sentidos. Mi polla se endurece en mis pantalones.

—Todo lo que tienes que decir es no, Nico, y no iré más lejos.

Su respiración es rápida.

—Dilo y te dejaré en paz.

La escucho gemir, sabiendo que su...

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