Capítulo 75

Mientras Nico se va y me sigue, me agarra del codo. Su agarre es firme.

—¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! —Mi voz es peligrosamente baja. No permitiré que él ni nadie me manipule. ¿Cómo se atreve a decirme que me quede quieta como una ama de casa anticuada? No va a pasar. Esta es mi vida también.

—...

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