Capítulo 129

Desde el día en que Grace despertó, Keegan nunca dejó de visitarla.

—No hacía un espectáculo de ello. Traía flores, sí, pero solo para el jarrón en la mesita de noche de su dormitorio. Aparte de eso, no había declaraciones dramáticas. No intentaba forzarle una sonrisa ni preguntarle cómo se sentía ...

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