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Es entonces cuando las grietas comienzan a mostrarse, y toda mi planificación se une en un momento glorioso.

—¿Qué demonios, hombre? —gruñe Greg, con sangre de su pelea con Sai salpicando sus labios—. ¿Crees que no leímos todos sobre esa apuesta de mierda que hiciste con nuestra propia hermana en e...

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