209

Le lanzo una mirada, mi rostro sonrojado, mi cuerpo en llamas. Una tormenta ardiente gira dentro de mí... y otra vez, me estoy poniendo poética. Ugh. Pero es tan cierto.

—Me han estado lanzando condones, metiéndolos en mi casillero y amontonándolos en la puerta de mi casa desde que empezó el primer...

Inicia sesión y continúa leyendo