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A la mañana siguiente, me despierta bruscamente el sonido de un claxon de autobús fuera de mi ventana. Gimiendo, me pongo una almohada sobre la cabeza para silenciar el ruido. Unos momentos después, hay un golpe en la puerta, y me veo obligada a levantarme de todos modos.

Miranda todavía está profu...

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