Capítulo 66

Mis brazos están encadenados bien por encima de mi cabeza, cadenas atornilladas al techo que me mantienen colgada, balanceándome, con las puntas de mis pies apenas tocando el frío suelo de piedra. Por la falta de luz, la vasta extensión de espacio y el equipo oxidado en la distancia, supongo que est...

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