No seas mojigato

Rhonda

Marla, sentada en el asiento del copiloto, carga una nueva ronda en su revólver y sonríe. —Así que realmente vamos tras él, ¿eh? ¿Un mocoso de la calle piensa que puede entrar y hacerse el héroe con Raven? Eso es adorable—. Sonríe mientras presiono el acelerador del coche que robé del lote d...

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