Él siempre vendrá por mí

Mis ojos se abrieron lentamente. Se sienten pesados y estoy desorientada. El pánico me golpeó primero al darme cuenta de que no podía moverme. Mis brazos y piernas están atados, cada extremidad fijada a una superficie fría y dura. El metal frío presiona contra mi piel, y siento la leve sensación de ...

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