Súbete a mi coche si quieres vivir: Rhonda, probablemente

Raven

Mantuve mi cuchillo listo, el corazón latiendo con fuerza, mientras Mikhail me seguía de cerca, el rifle apretado en sus manos. Cada habitación que pasábamos estaba sellada, puertas cerradas con teclados o acero reforzado. El olor a químicos y esterilidad era opresivo, y mi estómago se retorc...

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