Bajo tierra

Sam Brennan, Polonia.

Empecé a odiarla menos que a mí mismo.

—¿Cómo qué?

—No lo voy a decir.

—Es usted una mujer exasperante, Sra. Kasia. ¿Alguien se lo ha dicho alguna vez?

***—Todo el maldito tiempo. —Se rió, y por su tos pude ver que era una fumadora empeder...

Inicia sesión y continúa leyendo