El precio del silencio

Sam Brennam.

El cansancio abrió un abismo en mi cabeza. Pensé en Elisabeth y en lo fácil que sería quebrarla, moldearla con mis manos como hacía con todo lo que tocaba. Ella irradiaba luz y, sin embargo, yo solo sabía ensuciarla. La imaginé cayendo en mi mundo de humo y sangre, y una parte en...

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