Fracturas

Elisabeth Niedermann.

La habitación se volvió muy silenciosa y muy quieta, y de repente, sólo era consciente de Sam, Felix y Jonas. Nadie más se registró.

Sam chasqueó los dedos y ladró:

—Todos fuera. Asunto familiar. Jürgen, tú y el otro… —se volvió hacia sus guardaespaldas—... llévenlos a l...

Inicia sesión y continúa leyendo