Platanos

Dante desvió la mirada por un segundo, buscando las palabras justas. Luego, volvió a encontrar sus ojos.

—Entonces, hagamos un trato —dijo él, acariciando sus nudillos con los pulgares—. Quiero que sigas trabajando si eso te hace feliz, pero también quiero que descanses cuando lo necesites. Que me ...

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