Divorcio

El reloj del pasillo marcaba las 3:17 a.m. cuando Dante Moretti llegó al hotel. Su figura cruzó la recepción sin detenerse. Cada paso que daba, lo alejaba más de sí mismo. Ya no era el hombre elegante, calculador y frío. No. Esta vez, era un hombre que sentía cómo algo dentro de él se había quebrado...

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