Huir de ellos mismos

La habitación era blanca. Tan blanca que dolía a los ojos.

Las paredes, el techo, las sábanas… todo parecía haber sido creado para borrar cualquier rastro de emoción. Era como si alguien hubiera querido neutralizar el dolor con ausencia de color, como si en ese blanco absoluto pudiera silenciarse l...

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