Capítulo 128 Emily pierde el sentido del gusto

—¡Está bien, adelante y ocúpate de tus asuntos! —dijo Melinda, sin querer interferir en su vida.

Raymond le dio una mirada larga y profunda antes de darse la vuelta y marcharse.

Mientras tanto, Emily colgó el teléfono y corrió de vuelta a su habitación. De pie frente al espejo, abrió con entusiasm...

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