Capítulo 10 Ella no se dejaría engañar

En la nueva casa de Grace, Jasper se había ido por un rato. Bianca seguía luciendo muy triste, con la nariz y los ojos rojos mientras se acurrucaba en la cama como un pequeño erizo.

Grace suspiró y se dirigió a la cocina para agarrar un pequeño pastel. Regresó y llamó suavemente —Bianca, mira esto....

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