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ARIADNE

El silencio que había descendido sobre la arena en ese momento era ensordecedor. Todos me estaban mirando, y ni una sola alma se movía. La atención había sido sin precedentes, y por eso me costaba dar otro paso. Porque, ¿y si estaba equivocada? ¿Y si las voces no eran reales? ¿Y si...? Podí...

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