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MAGNUS

Ese fue el momento en que Vylia se movió a mi lado. Su piel cálida rozó la mía mientras se acomodaba. Su voz era suave y somnolienta mientras se sentaba.

—Oye... ¿Qué pasa? —susurró, antes de rozar mi brazo.

Apreté la mandíbula con el contacto. Solo quería estar solo, sentir cada onza de c...

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