16

ARIADNE

Estaba a punto de salir por la puerta cuando él la llamó de repente, con un ceño aún más profundo. —Si vuelves a presentarte ante mí sin ser llamada— advirtió con una voz terriblemente baja —te irás sin lengua.

Por un segundo, la habitación quedó tan silenciosa que se podría haber escuchad...

Inicia sesión y continúa leyendo