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ARIADNE

Lo primero que escuché fue el ruido. Fue un estruendo agudo y luego, brevemente, el golpe de botas en el suelo de mármol. Me puse rígida en la cama, escuchando atentamente mientras la voz comenzaba a elevarse. Mis manos se congelaron donde habían estado tirando de los cordones de mi vestido...

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